Top 20 Experiencias
Como resultado de un estudio constante surgió la identificación del Top 20 de Experiencias en Sonora, las opciones favoritas de recreación turística de aventura, naturaleza y cultura.
Estas son: Reserva de la Biósfera del Pinacate y el Gran Desierto de Altar, San Carlos y puerto de Guaymas, Álamos Mágico, Sierra Alta, Bahía Kino y Nación Seri, Puerto Peñasco, Sierra Baja, Cócorit y pueblos Yaquis, Ruta Río Sonora, arqueología del desierto, Ruta de las Misiones, Sierra Ruta 17, Ruta Sierra Mar, Valle y bosques de Yécora, Magdalena de Kino, Navojoa y Río Mayo, El Novillo, Cananea, Ciudad Obregón y Hermosillo.
Cualquiera de estos destinos es garantía de una experiencia inigualable, en la que los visitantes podrán disfrutar de los beneficios y las maravillas que Sonora tiene para ofrecer. ¡Hay para todos los gustos! Te las explicamos a continuación:
La sensación que se alcanza cuando en 360 grados de visión hay solamente arena es indescriptible, más intenso aún cuando al explorar imaginas cómo era la vida de los primeros habitantes que caminaban del cerro al mar por el infinito suelo de arenas calcinantes que se mueven con el viento.
Llegar en automóvil al centro explicativo para visitantes, caminar en la duna hasta la cima para alcanzar a ver el mar, luego recorrer caminos de lava y ceniza para llegar a la escarpada orilla de los cráteres surgidos de explosiones y colapsos de la tierra en medio del desierto es una experiencia mundial porque no hay algo similar. Mar, arena, zona volcánica, flora y fauna en una sensible armonía haciendo equilibrio en los extremos más radicales de clima, a veces durante un mismo día, son impactos que impresionan a todo visitante. Pero si de sentir algo más se trata, la invitación es a pernoctar en la oscuridad de la noche con el brillo de la galaxia como referencia de lo pequeño que somos y lo grandioso del universo.
En El Pinacate practicaron los primeros astronautas que fueron a la luna, en sus dimensiones se pierden las distancias, se pasan las horas y parece estar detenido el tiempo en los milenarios sahuaros que vigilan celosos al intruso. Guías expertos, conocedores y con vocación de guardaparques pueden llevarte, acompañarte, atenderte y hacer que tu visita sea una experiencia de emociones y conocimientos que te llenarán de satisfacciones.
Las distancias son grandes, el clima extremoso, y la experiencia emocionante.
Desde las alturas hasta lo profundo. Aventura en desierto, montaña y mar. Un paquete de aventuras mar y tierra, para quedarse toda una vacación encuentras en San Carlos, Guaymas, en el litoral de Sonora, a 350 millas de la frontera con Estados Unidos.
Navegar en kayak a la salida del sol o hacer ruta en bicicleta por la costera con la brisa del mar y el sol brillante pueden ser el inicio de un fin de semana. Más allá, las montañas con sus rincones tropicales que esconde la sierra del Aguaje llena de secretos y de vida.
Subir a la cima del cerro Tetakawi es una experiencia indescriptible o pasar un día de pesca en el Mar de Cortés, troleando en busca del marlin o el pez dorado no tiene comparación, pues el escenario natural del litoral y la riqueza del mar son inigualables. Si eres buzo o gustas del snorkel, la vida submarina del acuario del mundo tiene la distinción mundial y para una aventura submarina diferente, el arrecife artificial se llena de vida y se convierte en una novedosa experiencia que atrae a visitantes de otros continentes.
En este pueblo a la orilla del mar, con todos los servicios y excelentes opciones gastronómicas, también hay atractivos locales únicos como el Delfinario y el Estero.
La Ciudad de los Portales, cuna de María Félix. La magia de Álamos, pueblo colonial de origen minero, inicia su historia con sus emocionantes capítulos de riqueza de plata, de Casa de Moneda, de capital del Estado de Occidente, del obispado regional y de su poderío económico y político.
Hermoso pueblo colonial enclavado en las faldas de la sierra de Los Frailes y atravesado por dos arroyos, es desde sus orígenes, y etiquetado oficialmente en 2005, Pueblo Mágico de Sonora. Describirlo sería interminable como también lo son las emociones de quien lo visita, lo disfruta o lo toma como punto de partida para recorrer el sur de Sonora, desde las faldas de la Sierra Madre hasta la orilla del mar.
Espacios únicos en sus áreas naturales protegidas del río Cuchujaqui y Sierra de Álamos conservan su biodiversidad y paisaje junto con el clima que se siente tropical en los veranos cuando la selva se cierra y los caminos se angostan.
Museo Costumbrista, templo, casa de María Félix, Palacio Municipal, mercado, el antiguo panteón y decenas de edificios conservados armonizan el paisaje de este pueblo de calles angostas y empedradas en el que se disfrutan eventos y festivales culturales, concentraciones deportivas, exploraciones de la biodiversidad, cocina autóctona y también fusión internacional de primer mundo. Sus alojamientos y hospedaje rural, urbano y hotel boutique, hacen que el visitante siempre quiera estar más tiempo disfrutando de cada minuto y cada espacio de este pedazo bien cuidado del Sonora de hace más de tres siglos, hoy funcional y hospitalario como uno de los destinos turísticos más significativos de Sonora.
Pueblos con historias y leyendas en un mundo natural para aventura. En el extremo noreste de Sonora, justo en las faldas de la Sierra Madre Occidental, el panorama se impone con los contrastes de las altas montañas y los valles a la ribera del río. Ahí, en los pocos espacios con vocación agrícola, los misioneros jesuitas fundaron en 1600 una serie de pueblos de misión y colonias que por más de cuatro siglos permanecieron intactas, ajenas a las modernidad y autónomos en muchos aspectos.
La ganadería en toda la inmensidad del terreno, la agricultura de temporal y en espacios irrigables por el río han sido, desde la llegada de los españoles, las actividades productivas, además de la minería subterránea y de gambusinos, ahora explotada con técnicas modernas.
Pueblos que, cada uno a la orilla de su río, coinciden en sus costumbres, su origen, religiosidad, ambiente alegre y hospitalidad amigable. El templo misional, la plaza y el edificio o casona de la autoridad municipal como centro cívico y cultural en cada pueblo muestran evidencia de la estructura del poder que les dio origen.
A su alrededor, en todos, las calles limpias y el orden cotidiano dejan ver pueblos sanos, pulcros y de gente trabajadora. Cada pueblo es centro de una región rural extraordinaria y única, donde los paisajes y los caprichos de la naturaleza ofrecen la oportunidad para encontrar los espacios de aventura, recreación y contacto con la tierra.
Ríos, cascadas, lagos, paredones, aguajes, ranchos, colinas que van desde el mezquite hasta el encino y el pino en las altas cumbres. Una biodiversidad envidiable y prístina digna de admirarse y cuidarse conforman los tesoros turísticos de los pueblos de la sierra alta.
En el litoral de Hermosillo La ciudad capital de Sonora es cabecera de un gran municipio que alcanza más de 100 kilómetros de costa frente a la Isla del Tiburón, la más grande de México en el Mar de Cortés.
A sólo 100 km del centro urbano, Bahía de Kino es destino de sol y playa natural con su muy original belleza y sus propios y únicos atractivos y opciones para entretenimiento del visitante.
Además de los deportes acuáticos de playa y de mar adentro como pesca y buceo, el turista puede agendar una visita a San Nicolás y sentir el vértigo al deslizarse por la duna en su sand board. Bahía de Kino tiene su poblado de pescadores y su oferta gastronómica típica de playa, además de servicios de hospedaje y paradores playeros para pasar el día.
La Nación Seri o Comcáac, pueblo originario de esta región, conserva y comparte, desde Bahía de Kino hasta sus poblados costeros como Punta Chueca y Desemboque, sus artesanías y herencia cultural de danzas, ceremonias, costumbres y servicios turísticos como traslados y paseos guiados a la Isla del Tiburón, que es parte de su nación y territorio.
Una visita al Museo de los Seris de Bahía de Kino muestra la historia, origen y vida de los comcáac, esta etnia con ancestrales memorias y desconocida procedencia. Excelente gastronomía y opciones de hospedaje, camping, RV y glamping se ofrecen en la región costera de Hermosillo. Consulte a su operador.
Mucho qué hacer en mar y tierra Sol, playa infinita, deportes acuáticos, pesca, buceo, golf y ambiente de fiesta en una atmósfera internacional de primer mundo hacen de Puerto Peñasco el destino turístico de playa más visitado y más internacional de Sonora.
Un pueblo y puerto a la orilla del mar que ahora ofrece comodidad y atractivos, servicios y experiencias a turistas internacionales y sigue extendiendo sus espacios de recreación hacia sus playas al sureste.
Grandes resorts como el Mayan y Las Palomas, conjuntos integrados como Encántame Towers apuntan a un futuro de clase mundial; su localización cercana a las reservas naturales protegidas del Gran Desierto de Altar, Alto Golfo y Biósfera de El Pinacate, Patrimonio de la Humanidad ofrecen la gran oportunidad de vivir una de las máximas experiencias en el espacio natural de Sonora.
Salir de pesca, a un paseo a la isla San Jorge o sencillamente caminar y disfrutar la playa, rodar en la duna en ATV, navegar con wind surf, kayak o paddle board, tomar un crucero vespertino “Margarita sunset”, pasear en jet sky o subirse a la banana o parapente y hasta volar en un ultraligero para sentir la libertad, para rematar en el malecón y sus cantinas ambientadas sobre los pasillos repletos de recuerdos, souvenirs y artesanías, ¡sólo en Puerto Peñasco!
Por supuesto, puede pasar todo el día en el tranquilo balcón del apartamento de su elección frente al mar en los conjuntos de condominios que ofrecen todo para una feliz estancia familiar y plena vacación a la orilla del mar.
Ruta del Bacanora, un viaje redondo por el centro de Sonora. Por su posición en el mapa, se ha nombrado baja pero en sí, es alta, escarpada y llena de valores naturales. La ruta es vía El Novillo, Bacanora, Sahuaripa, Arivechi y otros pintorescos pueblos como El valle de Tacupeto y Güisamopa.
Por esta ruta que también nos lleva a Yécora, nos da la opción de llegar a Ónavas, Suaqui Grande, San Javier y pasar por Tecoripa y La Colorada. Es un circuito que conviene hacerse en por lo menos dos días.
La crónica histórica de los pueblos de esta ruta es muy interesante y los atractivos naturales muy diversos, además del infinito panorama serrano que obliga a hacer paradas en el camino para disfrutar de las presas El Novillo y el Cajón de Onapa y los pueblos lejanos casi todos a la orilla de su río.
Visitar Bacanora y su museo, enfiestarse en Sahuaripa a la orilla del río, subir a Tarachi, El Trigo, La Iglesia o llegar hasta Nátora allá en el río Mulatos junto con el Aros es toda una vacación rural emocionante. Seguir al sur por el valle que se extiende hasta Arivechi, subir a sus aguas termales, conocer los pueblos de El Valle de Tacupeto, luego llegar a Suaqui Grande para redondear el circuito volviendo a Hermosillo por la Colorada es toda una experiencia.
Cabecera de las misiones en el río Yaqui Cócorit es un pueblo con encanto que conserva viva la magia de su mezcla de culturas y momentos de su evolución histórica.
Es el pueblo viejo de la moderna Ciudad Obregón, que evoca en su ambiente colonial la atmósfera del siglo XIX con la herencia de la cultura originaria de la etnia yaqui y de la misión establecida en1617 por los misioneros jesuitas. Es uno de los ocho pueblos yaquis y una de las primeras colonias en Sonora.
Con servicios urbanos de proveeduría y hospedaje en Cd. Obregón, el visitante puede disfrutar de Cócorit y de toda la ribera del río Yaqui que se extiende desde la Presa y paseo El Oviachic hacia el poniente, por campos de labranza a la orilla del río y los canales de riego del afamado Valle del Yaqui, lleno de comunidades rurales que comparten experiencias de cocina autóctona, de paisajes rurales únicos, alamedas centenarias, costumbres, folklor y artesanía de la etnia yaqui que hasta la fecha se reserva con rigor sus rituales y ceremonias.
Hornos, Bácum, Potam, Vícam y otros pueblos están cercanos y accesibles en la ruta. En los recientes años, Cócorit se ha convertido en el espacio cultural de la región y las manifestaciones de artes plásticas decoran y hacen el ambiente más recreativo.
De Hermosillo hasta la frontera Son 300 kilómetros de ruta escénica que va de pueblo en pueblo por una de las regiones más significativas de Sonora. Montañas y valles se abren en el horizonte dejando ver los campos de labranza que dan profundidad al panorama, abriendo paso a las torres del templo de cada pueblo como parte de su propia identidad.
El río con escaso caudal en entretiempo, se deja ver como espejo relumbrante al fondo de la cañada en Mazocahui, para luego irse extendiendo para dar lugar a valles productores y ranchos ganaderos con una cadena de montañas a cada lado, paralelas al río y al camino.
Son pueblos fundados en el siglo XVII por misioneros jesuitas que acompañaban a los colonizadores que incursionaron es estas tierras en busca de la riqueza minera. El legado de la evangelización está presente y vigente en las costumbres y festividades de cada pueblo, así como su estructura social original. Eminentemente ganaderos, estos pueblos viven de sus recursos naturales entre los que están también la agricultura y la minería.
La experiencia de viajar por esta ruta y de visitar sus pueblos nos lleva más allá de sus límites para conocer ranchos, los parajes a la orilla del río, los ambientes deportivos y festivos como el jaripeo, las ligas de baseball locales y las frecuentes rodadas de ciclistas de ruta y de montaña.
Las fiestas patronales, las fechas cívicas y el calendario religioso rigen el ritmo de vida, de producción, de cosecha y de celebración. Plantaciones de maguey bacanora, destiladoras rurales, bodega vinícola, minas en operación y rincones serranos son lugares para visitar, incluidos los manantiales de aguas termales de El Bacerán y el Agua Caliente.
Ambiente veraniego es seguro en los pasos del río sobre la carretera en Cañón de Evans, Bacoachi, Tahuichopa, Chinapa y también bajo los puentes cuando hay caudal en Banámichi, San Pedro el Saucito y otros cruces de arroyos. Todos los templos son museos vivos que silenciosos muestran las profundas raíces que dieron origen a esta armoniosa cadena de pueblos por los que se puede viajar desde la capital hasta la frontera Norte de Sonora.
Caborca y Trincheras conservan testimonios de épocas anteriores. En esta ruta arqueológica en las inmediaciones del desierto, las evidencias presentes dan cuenta de pobladores recolectores, seminómadas que dejaron su rastro en las rocas de la región.
El cerro de las Trincheras muestra la importancia de una civilización que construyó muros de piedra en la ladera que los españoles confundieron con trincheras de protección que forman terrazas con diferentes usos, desde el ceremonial hasta el agrícola.
Visitar el pueblo de Trincheras es conocer también su centro de visitantes que nos expone en su museografía una visión detallada de los orígenes, la monumentalidad del sitio y cómo fue la vida de sus pobladores. Siguiendo el mismo cauce, kilómetros más al poniente, en las afueras de Caborca, los cerros de La Proveedora en el rancho Puerto Blanco, concentran la mayor cantidad de petrograbados de América.
Con una gran variedad de motivos, desde animales, figuras humanas, grecas y laberintos, los grabados hechos sobre el barniz milenario de la piedra se atribuyen a la misma cultura llamada trincheras y datan de hace más de 13 mil años. En estos dos sitios, el visitante es atendido por guías certificados y expertos en el tema y puede admirar junto a las piedras grabadas, la flora endémica del desierto de Sonora. Visitas recomendables al amanecer y a la puesta del sol.
Siguiendo los pasos del padre Eusebio Kino por el río Atar. Esta región enclavada en lo que Bolton llamó “Los confines de la cristiandad” ofrece una ruta sensible para quienes comprenden las tareas evangelizadoras que los jesuitas realizaron en estos rumbos alejados del centro del país.
Pobladas por nativos aguerridos, las tierras aledañas al río Altar cedieron a la fe cristiana y florecieron organizados en las misiones establecidas en el año 1670 por el padre misionero de origen italiano Eusebio Francisco Kino que escogió estas tierras para su apostolado misional.
El recorrido por los templos, que conservan las imágenes, retablos y altares de más de tres siglos, es impresionante y lleno de misticismo. La ruta por carretera también se puede hacer por el camino rural, visitando además la presa Cuauhtémoc y siguiendo río abajo de pueblo en pueblo hasta llegar a Altar para seguir a Pitiquito y Caborca, todos fundados como una cadena de misiones por el padre Kino.
Pueblos pequeños, festivos, laboriosos y productivos que por su ubicación definen muy bien sus horas de labor y la época del año de sus más tradicionales fiestas. Rodeados de colinas y llanuras tapizadas de mezquites, saguaros, paloverdes y choyas, reciben el esplendor de los tapices de flores en cada primavera convirtiendo al desierto en el jardín más florido del planeta; en el verano, el clima es rudo y agresivo, pero llega el momento del más intenso aguacero que llena los arroyos, enverdece el campo y cambia el color de los cerros circundantes.
De Moctezuma a la frontera por pueblos mineros, tierra de indios y dinosaurios. Conocer la fábrica de monturas y artículos de cuero, visitar la estatua de El Moro de Cumpas y recorrer caminos de minas antiguas y también la más moderna de México; visitar el centro histórico de Nacozari, el monumento a Jesús García y las grandes mansiones de la Moctezuma Copper Co. y Mr Douglas.
Divisar una de las chimeneas más grandes del mundo en la Fundición de Esqueda y parar en sus plazas para ir a la ruta de los dinosaurios es una interesante experiencia familiar con grandes y memorables acontecimientos históricos.
Esta región es el cinturón minero del cobre y los corredores del indio Gerónimo, la tierra del capitán de Anza, colonizador de San Francisco, CA. EUA. Con acceso a las presas Cuquiárachi y La Angostura siguiendo los ríos Moctazuma y Fronteras se llega hasta Agua Prieta, frontera con Douglas, Arizona, en los límites del Viejo Oeste.
Paisajes, ranchos, haciendas centenarias y lugares propios para acampar, montar, y andar en bicicleta los encuentra con sus anfitriones y guías. ¡Clima perfecto y ambiente festivo siempre!
De la montaña al mar En el extremo sur de Sonora se conjugan las experiencias más diversas que van de las cumbres de la sierra al mar y del bosque de pino y encino al desierto y pitayal.
En un trayecto de menos de 160 kilómetros, el visitante encuentra, dependiendo de la estación, la exhuberante selva tropical con sus arroyos y laderas arboladas de las altas montañas de la Sierra Madre y la sierra de Los Frailes, pasando por las coloridas amapas que florecen cada enero y que poco a poco se dispersan para dar paso a los cactus diversos que rodean las comunidades indígenas de la etnia mayo en Masiaca.
De ahí, continuar hacia la puesta del sol a través de el pitayal más extenso de América que por callejones polvorientos nos lleva hasta el paraíso a la orilla del mar, playa Las Bocas, Camahuiroa o la maravillosa estación biológica Navopatia junto al manglar, la isla y el canal repleto de aves migratorias y los delfines chacoteando en sus transparentes aguas.
De paso, la experiencia gastronómica en las ramadas degustando los guisos con nopal, tamales y birria en Masiaca en medio del mundo de los Mayos, su cultura y su folklor o la mariscada en la palapa playera vacacional completan la experiencia con un trago de mezcal bachomojaqui, destilado artesanal de una variedad de agave regional.
Accede por Hermosillo y por Ciudad Obregón Viajar a uno de los pueblos más altos de Sonora es una aventura que te muestra lo diverso de este gran estado. Estos caminos ascienden del desierto y valle el litoral, hasta mesetas a más de 2400 metros sobre el nivel del mar.
En el camino, tomando cualquiera de las dos rutas, viajas por pueblos pintorescos y rodeas una de las presas más grandes de Sonora. Los caminos sinuosos que serpentean dejando ver el horizonte infinito de cordilleras son el primer atractivo para quienes no han sentido la distancia, la altitud y el contrastante cambio de clima en un solo trayecto, particularmente en el exuberante y húmedo pero frío verano de la sierra en los meses de julio y agosto.
Sensaciones únicas en la Sierra Madreque no se atribuyen a Sonora y que contrastan con el ardiente y seco clima y panorama del desierto en el occidente del mismo estado. Yécora, originalmente misión, como destino tiene muchos atractivos enclavados en una atmósfera de naturaleza rica en biodiversidad y propicia para toda clase de aventuras.
Mágico y misional San Francisco Javier trae a Magdalena a miles de peregrinos cada 4 de octubre y todo el año. Su templo y plaza también están vinculados con su fundador, el padre Eusebio Francisco Kino, cuya cripta con sus restos es parte del conjunto central de su plaza monumental.
Fue declarado Pueblo Mágico en 2012 y es, la tierra y lugar donde descansan los restos de Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato a la presidencia de México asesinado en 1994. Situado a 120 km de la frontera con Estados Unidos y con excelente clima todo el año, Magdalena de Kino tiene también atractivos rurales para todo visitante.
Ranchos ganaderos con confortables alojamientos, huertos y espacios de aventura al exterior y muchos atractivos de esos que dan identidad a Sonora como el bosque de sahuaros, el camino real a San Ignacio e Ímuris, dos misiones establecidas junto con Magdalena en 1680, Cercanos también están la misión de Cocóspera y el rancho Aribabi, reserva natural particular protegida en la ladera y el valle al norte de la Sierra Azul.
Las fiestas de San Francisco en otoño congregan en Magdalena a peregrinos y visitantes que, a pie, a caballo y por todos los medios, llegan de todos los rumbos y la convierten en una de las fiestas más significativas de Sonora. Indígenas yaquis, pápagos, mayos, y de otras etnias internacionales ofrecen penitencias, bailables, tributos y espectáculos musicales en todo el pueblo en honor del santo.
El Festival de Kino en primavera y otras fiestas cívicas memorables mantienen el ambiente por todo el año. Este pueblo hospitalario comparte cocina tradicional, carne de res famosa por su calidad y cocina, ates de membrillo, guisos con chile colorado y las inigualables tortillas de harina de trigo.
Pueblos río arriba y aguas abajo. Cuadros auténticos y únicos decoran el paisaje urbano de la perla del Mayo. Carretas tiradas por caballo recogen de los campos y huertos situados a la orilla del río, las verduras frescas que se ofertan en el mercado.
En la imagen también está una ciudad moderna que conjuga las tradiciones de los indígenas mayos con el desarrollo agrícola y comercial alcanzado en sus poco más de cien años de fundada.
Situada en las márgenes del río Mayo, es la ciudad que atiende el mayor número de comunidades rurales de Sonora, la dispersión de sus pobladores alcanza todo el municipio entre campos agrícolas y ranchos situados en las márgenes del río Mayo en donde hay poblaciones autóctonas que conservan tradiciones y costumbres originales y religiosas que dan lugar a fiestas, campañas y peregrinaciones como las fiestas de San Juan, las de Semana Santa y otros eventos de místico significado a los que los visitantes siempre son bienvenidos.
Las costumbres aquí son distintas al resto de Sonora y son producto del clima casi tropical y del profundo arraigo a la tierra y sus pobladores originarios. Primera ciudad en el trayecto de sur a Norte, es punto de confluencia de los caminos que cruzan el sur de Sonora y su diversidad natural en la ribera del río y sus espacios rurales da lugar a un sinnúmero de experiencias que van desde las exploraciones de la montaña en la colonial Álamos, hasta tibias arenas de sus dunas y playas en la vecina municipalidad de Huatabampo.
La visita a Navojoa invita a conocer la zona arqueológica y museo de sitio de Tehuelibampo con sus testimonios grabados en piedra que muestran la vida indígena de hace más de 2,500 años. Diversidad natural, cultura mestiza y religiosidad se evidencian en el lugar y en todo el trayecto para conocer este sagrado lugar de sus habitantes, antecesores de los Mayos.
En todas las rutas y caminos de la región del río mayo, la bicicleta como deporte y también como medio de transporte es parte del escenario. Artesanías y manualidades de cuero, carrizo, palma y mimbre se ofrecen por los residentes.
Al norte: San Pedro de la Cueva; al sur: de la cortina de la presa a Soyopa. La aventura rural se combina con experiencias diferentes en los extremos de la presa El Novillo o Plutarco Elías Calles: en el norte, un pueblo pintoresco a la orilla de la desembocadura del río en la presa, al que se llega por una carretera cómoda con atractivos en su trayecto que puede ser vía Ures o Pueblo de Álamos, Mátape, San Pedro de la Cueva o directo de Hermosillo a Mazatán sin rodear por Ures.
Los touroperadores tienen acceso a rincones escondidos en el camino como la cascada seca, una conformación calcárea que ha permanecido por siglos evidenciando tiempos de abundante lluvia y bosques tropicales. También hay paradas en ranchitos ganaderos y productores de bacanora y de quesos regional que se pueden visitar.
San Pedro de la Cueva es el destino de este extremo de la presa y los atractivos se combinan en tierra y agua, desde la escalada del cerro de la cueva hasta las experiencias en la pesca de lobina y tilapia, y la visita a las ruinas de los pueblos sacrificados en aras del progreso, inundados para alcanzar el almacenamiento de agua en la presa.
En el extremo sur de la presa, que dista más de 60 km navegando directo desde San Pedro de la Cueva, los atractivos son diferentes; la cortina de la presa encajonada entre los cerros y escarpadas paredes recrean en verano un espacio tropical diferente al resto de Sonora.
El acceso carretero a la cortina y a las instalaciones de generación de energía se deriva en Mazatán por la carretera a Sahuaripa. La visita a El Novillo por la cortina nos lleva primero al pueblo La Estrella, establecido en tiempos de la construcción de la presa. Muchas historias se cuentan de lo sucedido en los años 50’s y 60’s cuando la mole de concreto se elevó hasta detener al río.
El paisaje en El Novillo es más espectacular en los meses de verano. La experiencia rural se combina con la opción de navegar en kayak río abajo y llegar hasta el parador de Soyopa, pueblo situado a 20 km en la ribera del río. Este recorrido tiene su magia y es totalmente diferente en cada estación del año. Consulta su guía local o touroperadores.
Ciudad con grandes atributos y belleza natural. Cabañas en la ladera de la sierra, hermosos panoramas de sus ranchos ganaderos y un centro histórico típico de un pueblo minero del siglo XIX son parte de la presentación de Cananea a sus visitantes quienes tienen mucho qué disfrutar en esta región con grandes atributos naturales, culturales y de servicios.
Con historia y profundas raíces, y una gran influencia internacional en sus aspectos culturales y sociales, Cananea cuenta con atractivos para quien pueda quedarse largo tiempo: la famosa Cárcel de Cananea convertida en Museo de la Lucha Obrera, la Casa de William Cornell Green, ahora sede del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica, su centro comercial original El Ronquillo, Cananea Vieja, Mesa Sur y colonias originales que contrastan con el Parque Tamosura y su modernidad de servicios de cine, hotel, boliche, y plaza comercial.
En las afueras de la zona urbana, Cananea tiene ranchos ganaderos con oferta de hospedaje y atractivos naturales, sierras con panorámicas vistas y paradores para campamento, además de cabañas. Visitar Cananea es también conocer las instalaciones de la Unidad de Manejo Animal UMA de Grupo México que muestra especies en programas de rescate como el guajolote Gould, el lobo gris, el jaguar y el oso pardo, además de aves y otros pequeños mamíferos. Ya estando en las afueras, hay que programar la visita al viñedo Uvas de Altura que produce excelentes vinos de la marca 4S.
La experiencia de ascender a la sierra La Mariquita y conocer el Observatorio Astronómico, o la opción de subir a la cabaña de los guardabosques en la Reserva Natural Protegida de la Sierra de Los Ajos y adentrarse en sus arroyos encajonados colmados de naturaleza o hacer una visita guiada a las instalaciones de la mina Buenavista del Cobre pueden ser otras grandes experiencias, algunas de las cuales requieren trámites y solo en determinadas fechas. Cananea tiene tres sierras, tres cuencas de ríos y dista solo 50 km de la frontera con Estados Unidos en el Viejo Oeste norteamericano.
Ciudad y valle agrícola Enclavada en el centro de un mosaico verde de muchas tonalidades, en el que serpentean relumbrantes los canales de riego, se yergue una ciudad nueva, dinámica y productiva que da a México fama internacional por su producción agrícola y su desarrollo comercial derivado del campo.
En Ciudad Obregón coinciden y crecen con armonía las culturas de la etnia yaqui y el colono que aporta alta tecnología y conocimiento para hacer de esta región el emporio agrícola que ha sido llamado el granero de México.
De trazo geométrico, calles amplias, arbolada y limpia, la ciudad tiene sus atractivos propios como el espacio recreativo y familiar de la Laguna del Náinari y los muchos destinos rurales en el valle que llegan hasta las playas en el litoral con el mar de Cortés.
Ciudad Obregón es el centro comercial del sur del estado de Sonora y con aeropuerto internacional y eje carretero y ferroviario, es el punto de conexión internacional para viajeros de toda la región.
Estadio de baseball y equipo Los Yaquis, clubes deportivos de pescadores en la presa El Oviachic, campo de golf y muchos puntos rurales para conocer, incluyen campos agrícolas al poniente y ranchos ganaderos al oriente con temporadas exitosas de turismo de aventura y también organizadores cinegéticos con excelentes servicio e instalaciones para caza de paloma y otras especies.
De la gastronomía hay mucho que comentar, pero resumiendo, es la experiencia de expertos que combinan la cocina original de la tribu, la abundancia del mar y las riquezas ganaderas de res y puerco que dan fama a Sonora.
Centro geográfico y de negocios Aquí es donde la cultura de la carne asada, las tortillas grandes, las coyotas y el bacanora se juntan para dar la bienvenida a los visitantes que por muchos motivos llegan a la ciudad capital del estado de Sonora.
Con gente sencilla y trabajadora, la ciudad vive en un dinamismo productivo pues aquí también convergen los intereses de todas las actividades que hacen importante a este estado en el noroeste de México, el segundo más grande de la república.
Centro de negocios agrícolas, ganaderos, industriales y mineros; de gobierno, de educación y de medicina avanzada, Hermosillo es el destino con mayor número de vuelos en la región y de mayor actividad comercial y servicios. A solo 360 km de la frontera con Estados Unidos en Nogales, es también sede de importantes industrias de manufactura y de la ensambladora de automóviles Ford y muchas de sus plantas proveedoras.
Visitar Hermosillo es también asistir a la Expogan a principios de mayo, al béisbol en la temporada de Septiembre a febrero, y a las Fiestas del Pitic a fines de mayo. Es también disfrutar la playa a 90 km en Bahía de Kino y toda una aventura en el mundo de la etnia seri, o tomar a partir de aquí las rutas que conectan a todo el estado, desde el mar y la costa, hasta las altas montañas y su diversidad de clima y paisaje.
Ciudad polifacética que comparte con los visitantes las añoranzas detenidas en su centro histórico, plasmadas en los murales del palacio de gobierno y exhibidos en las exposiciones de su Museo Regional de Historia y de Culturas Populares. Festivo, alegre, sincero y hospitalario, Hermosillo le invita a conocer la ciudad capital y, desde aquí, todo el gran estado de Sonora.
Top 20 Experiencias
Como resultado de un estudio constante surgió la identificación del Top 20 de Experiencias en Sonora, las opciones favoritas de recreación turística de aventura, naturaleza y cultura.
Estas son: Reserva de la Biósfera del Pinacate y el Gran Desierto de Altar, San Carlos y puerto de Guaymas, Álamos Mágico, Sierra Alta, Bahía Kino y Nación Seri, Puerto Peñasco, Sierra Baja, Cócorit y pueblos Yaquis, Ruta Río Sonora, arqueología del desierto, Ruta de las Misiones, Sierra Ruta 17, Ruta Sierra Mar, Valle y bosques de Yécora, Magdalena de Kino, Navojoa y Río Mayo, El Novillo, Cananea, Ciudad Obregón y Hermosillo.
Cualquiera de estos destinos es garantía de una experiencia inigualable, en la que los visitantes podrán disfrutar de los beneficios y las maravillas que Sonora tiene para ofrecer. ¡Hay para todos los gustos! Te las explicamos a continuación: